Descubra el retrato de Céline, soldador en el sitio de Pluguffan (Krampouz).
La industria es un negocio apasionante, quizá más que cualquier otro sector. Porque es un mundo de artesanos -en el sentido noble de la palabra- con un saber hacer milenario. Y la pasión es exactamente lo que mueve a Céline Drouaillet.
Quería ser profesor. Sí, me vi en la enseñanza. Al menos, no en la industria.
Es sencillo, un día me encontré por casualidad con alguien que estaba haciendo una soldadura. Quise probarlo y me enseñó cómo hacerlo. ¡Y me encantó!
Sí, completamente. Yo estaba en la carrera de Humanidades. Así que cambié completamente mi camino. Hice un curso de formación en soldadura, durante 9 meses, a través de la Afpa. Rápidamente, encontré un trabajo para ganar experiencia, hasta que me trasladé a otra región y... solicité un puesto en el Grupo, en Krampouz.
Cuando empecé, tuve dificultades y hubo mucha benevolencia por parte de mis colegas. En el equipo, nos mantenemos unidos, aprendemos juntos, nos ayudamos mutuamente. Hay muy buen ambiente en la calderería.
Es cierto. Pero es un trabajo de pasión, como muchos trabajos en la industria, por cierto. Para explicar mi trabajo diario, principalmente sueldo placas para planchas, gofreras y creperas.
¡Ah! ¿Quieres saber qué hago el fin de semana? Pues sí, hago soldadura. Incluso puedo decir que es una pasión. En este momento estoy haciendo un bar de exterior con taburetes, ¡y también una barbacoa de barco!
Sí, tienes razón. De hecho, lo que me gusta es que es un trabajo muy manual. De hecho, una de las marcas de Krampouz es que seguimos valorando el toque humano y el trabajo de precisión. Para algunas de las tareas más físicas, me parece estupendo que haya máquinas que nos faciliten el trabajo, es muy complementario a nuestro trabajo.
Digamos que en Krampouz estamos orgullosos de lo que hacemos. Y en particular de la crema Billig. Porque es nuestro producto emblemático (y también mi producto favorito). Es un producto que refleja nuestra imagen: es auténtico, se comparte e invita a transmitir valores y gestos.
El emplazamiento de Krampouz -que significa "panqueque" en bretón- se ha centrado históricamente en la producción de panqueques. En los años 90, la actividad se diversificó y Krampouz se convirtió rápidamente en un actor importante en la producción de aparatos de cocina de precisión: planchas, barbacoas eléctricas y parrillas. Desde su adquisición por Groupe SEB en 2019, el centro se ha convertido en un centro de excelencia y ha emprendido nuevas transformaciones para aumentar su capacidad de producción y conquistar nuevos mercados.